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Reikiavik: un albino, un mafioso, un perro y un extraño experimento

Reikiavik arranca, ¡oh, sorpresa!, en Barcelona. Pablo Sebastiá no se anda con chiquitas, ya desde la primera página nos agarra por el pescuezo y nos introduce de sopetón en una de las dos tramas que se entrelazan a lo largo de esta novela. El protagonista, un enigmático albino de nombre Hannu, va siempre acompañado de un rottweiler negro que, paradójicamente, parece ponerle el contrapunto más humano. En la segunda página ya ha esgrimido su revólver Taurus y les ha limpiado el forro a dos peligrosos capos napolitanos, y ha rescatado a una joven y su bebé. a partir de aquí la acción no va a decaer.

Se sentía incómodo. Pese a calzar unas gruesas botas de montaña tenía los pies helados. Noto la atmósfera enrarecida en cuanto entró en el local de los Ferrutti. La habitual claridad con la que leía cada situación, cada amenaza, se disipaba entre aquellas paredes.

La historia salta hasta…, un poco de paciencia: ¡Sicilia!, donde empieza una segunda trama protagonizada por otro mafioso italiano, al que le hacen una propuesta que no puede rechazar. ¡No, no es una forma de hablar, no puede! Hasta aquí seguimos pensando que estamos ante una novela negra de manual.

En la prisión de Carinola las rutinas eran muy estrictas. A las 07:55 (…). Así paso Pietro Fabruccini los primeros cinco años de condena. No era un preso modélico.

A partir de aquí Sebastiá nos lleva saltando de una trama a otra. Mientras en la primera sí que seguimos inmersos en una historia policíaca de perfil clásico, en la singladura del mafioso, ahora ex-mafioso italiano, enseguida vemos que la propuesta va a ser radicalmente diferente, ¡sí, nos vamos a Islandia!, con la presencia de una misteriosa compañía tecnológica que lleva a cabo un no menos misterioso experimento.

No quiero desgranar mucho más las tramas, más allá de avisaros que entran en danza en ellas conceptos como la teletransportación e incluso los viajes en el tiempo, entrecruzados con otros sucesos más mundanos como la terrible crisis económica que atravesamos en el año 2006 y que todavía colea.

Sebastiá mantiene ambas tramas con pulso firme y de forma paralela. con un estilo pulcro, eficaz y directo, sin florituras innecesarias, pero sin darnos tregua, en la acción por un lado y en la intriga por otro, hasta que finalmente permite que las historias se crucen de la forma más inesperada.

Si te ha interesado lo que te he contado sobre Reikiavik de Pablo Sebastiá Tirado puedes encontrar el libro, por ejemplo, en la web de la Casa del Libro, o pidiéndolo en tu librería de cabecera. Lo primero que te va a llamar la atención cuando tengas el libro en tus manos, y antes de sumergirte en su contenido, es la fantástica factura de esta cuidada edición de la editorial Reino de Cordelia. Tengo más libros de esta editorial, y la verdad es que no me deja de sorprender el detalle de las dos portadas, la de la cubierta, y la de la sobrecubierta. En definitiva, una novela para disfrutar.