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Consejos a tener en cuenta a la hora de elegir un concurso literario.

  • No adaptes tu obra al concurso literario. Escribe, genera una mínima producción, y envía cada cuento, cada poema, o cada novela a un certamen que se adapte a ella. Vamos, justo lo contrario. Ahora bien, este consejo es muy subjetivo; si lo único que te interesa es ganar dinero participando en concursos literarios, tal vez tengas que hacer justo lo contrario. Pero puede que hablemos de cosas diferentes. Puedes buscar el corto plazo o mirar a largo, primar la formación e intentar escribir cada vez mejor.
  • Asegúrate de que la obra cumple con los requisitos que piden las bases. Desde algo tan genérico como, valga la aparente redundancia, el género de la obra, si escribes relato, poesía o novela, hasta respetar el ámbito de participación en el concurso, (los hay locales, estatales o internacionales, y pueden depender de la nacionalidad o de la residencia), y otros requisitos que pudiera haber: concursos solo para mujeres, concursos para un rango de edad determinado.
  • Haz de la necesidad virtud aprovechándote de los requisitos que piden. Es decir, si el premio te parece atractivo, opta por un concurso más local. Si eres joven, no lo dudes, participa en concursos para menores de…, mientras tu edad te lo permita.
  • Si andas corto de dinero (e incluso de tiempo), opta por concursos literarios que permitan la participación por correo electrónico.
  • Igual que te he dicho ganar pasta no tiene por qué ser tu motivación principal a la hora de elegir un concurso literario, y de nuevo entramos en terrenos subjetivo, yo únicamente participaría en concursos que ofrezcan una remuneración económica. En ocasiones hay premios en especie, ahí ya entra en cada uno el interés que pueda tener en ello. ¿Se puede participar en concursos en el que el premio sea únicamente publicar sin compensación ni previa ni posterior? Todos somos libres, tendrías que valorar la ilusión que te haga. Yo no lo haría.
  • Cuidado con los concursos que tienen un buen premio económico, pero después publican a los finalistas sin compensación. De nuevo, subjetividad al poder, pero yo en este caso veo un problema claro: quemas un cuento o un poema que ha demostrado quedarse a las puertas de un buen premio, para ganar otros. El cuento ya no es inédito y no lo podrás presentar durante un tiempo a otros certámenes.
  • Excepciones al punto anterior. Pues cuando la obra es muy breve, como un microrrelato o un pequeño poema. Por un lado «es menos lo que pierdes». Y por otro, la subjetividad del jurado también entra en juego. Puede que tu poesía o tu micro no fuera tan bueno como creees.
  • Sobre premios cuyo único premio es la publicación. Prima concursos que dejen claro que vale, que el premio es solo publicar, pero que se firme un contrato y haya remuneración de derechos de autor en cada venta. El tema peliagudo se da con las antologías de cuentos o poemas. En ocasiones no es solo que no haya premio, sino que los promotores del concursos esperan que los integrantes de la antologia compren ellos los libros. Esto no tiene por qué ser malo del todo, si al menos está explicado con claridad. Pero yo evitaría esa clase de concursos literarios. Salvo lo dicho: necesidad imperiosa y puntual de ver tu obra publicada en papel.

Mencionar por último la importancia que tiene Internet a la hora de ayudarte a encontrar concursos literarios. Pero Internet es mucho más. Para bien o para mal cualquier escritor tiene que saber de marketing en redes sociales y cuidar su presencia en ellas, así como contar con una web cuidada o o al menos un blog interesante.